Para lograr disminuir el temor o la ansiedad del paciente a veces no es suficiente con utilizar los medios más avanzado y de máxima calidad. Necesitamos disponer de técnicas más adecuadas y seguras tales como la sedación consciente.

Gracias la sedación consciente tenemos el escenario perfecto ya que proporciona un ambiente de consulta más tranquilo y relajado, tanto para el paciente como para el profesional.

¿Qué es la sedación consciente?

Es la combinación de un fármaco que ayuda a la relajación (un sedante) y otro que bloquea el dolor (un anestésico) durante un tratamiento dental. El paciente no se duerme pero pierde la sensibilidad en la zona que se tiene intención de manipular y puede suceder que el medicamento llegue a alterar la percepción del tiempo, pero en ningún momento el paciente llega a perder el conocimiento. Eso permite una buena comunicación entre paciente y profesional.

Tipos de sedación:

  • Sedación consciente inhalatoria: Consiste en una mezcla de gases que proporcionan una sensación de relajación y pérdida de sensibilidad que sirve para evitar el dolor. Es un tratamiento rápido que se usa en pacientes que temen las jeringuillas. Es especialmente recomendado para niños, personas con discapacidad cognitiva o adultos con problemas de ansiedad.

 

  • Sedación consciente intravenosa: Se suministra un fármaco sedante a través de una sonda intravenosa que rápidamente es asimilado por el organismo produciendo un estado de gran relajación. La dosis varía en función del paciente y el tratamiento que va a recibir. La recuperación es rápida y se realiza en la clínica.